Un buen paisaje se basa en árboles en flor, césped y plantas de jardín. A su vez, todos estos componentes del paisaje dependen en gran medida de un suelo sano. Los suelos son la sangre vital de las plantas. Una buena estructura del suelo hace una gran diferencia en lo bien que crecen sus plantas.

Si la tierra está demasiado compacta, no hay suficiente espacio poroso para que el aire penetre y la tierra no puede extraer agua para alimentar el sistema radicular. El agua de la superficie se escurrirá sin penetrar la superficie del suelo y las plantas crecerán con un sistema radicular débil y poco profundo. Si el suelo está demasiado suelto, el agua penetrará rápidamente pero no se quedará el tiempo suficiente para que las plantas utilicen el agua.

El mal drenaje también es una causa importante de problemas en las plantas. Si el jardín tiene un drenaje deficiente o el nivel freático es bajo, sus plantas serán más susceptibles a la pudrición de la raíz, la acumulación de sal y las estructuras radicales poco profundas que hacen que las plantas se marchiten fácilmente con los calurosos soles del verano.